Jul 18, 2017

La letra gruesa

Con la revolución industrial, la arquitectura en la historia depende de la aparición de grandes edificios y tras ellos grandes arquitectos. Una cadena de eslabones con aura de semidioses a gran distancia uno de otro y a una eternidad de sus pares en una categorías menos indulgentes. Estas figuras para dar sentido a un esquema de paradigmas de la profesión con sesgo personal. Nombres como “Le Corbusier” o “Mies Van de Rohe”, mas allá de sus obras, universalizan toda una época en rostro humano.
No he leído este libro, sólo conozco de su difusión en redes sociales, pero creo poder leer demasiado en la imagen de su pasta. No pretendo desmerecer el irrefutable cúmulo de obras del Arquitecto Terán, pero tampoco me es posible pasar por alto ese “detalle” de destacar la tipografía de forma tan singular, que por sí misma desmerece a toda la arquitectura hecha por otros arquitectos durante una década crucial en la conformación de la otrora urbe pre-terremoto.
Una década, un hombre. Disculpen si hiperbolizo el tema, pero a no ser que trate de una enciclopedia temática, tal empleo de la letra gruesa “per se” asume que en los 60´s no existieron Chamorro Coronel, Osorio Peters, Julio Villa, Mauricio Pierson, Samuel Barreto por mencionar algunos. Aproximarse a esta década de la arquitectura sin elaborar en la argamasa contextual que formó su rostro es, en mi opinión, contar una fracción de historia.
Decía Orwell que la historia la escriben los vencedores. Como mucho de lo poco que se escribe en este tópico, el libro va a lucir fenomenal en las estanterías de cualquier biblioteca o sala de juntas. Junto a ese de fotos de Catedrales, o la caja del DVD de Gabriel Traversari. De sobremanera aprecio el esfuerzo del escritor y la fundación Ortiz Gurdián en producir un libro, que en esta disciplina son escasos y , vamos, hay muy poco interés.
Y el arquitecto Terán no sólo merece un libro, merece más reconocimiento y estudio. Antes de él hay una historia de arquitectura desde la precolombina hasta el Art decó, también los arquitectos de subsecuentes generaciones son parte del tejido histórico, de una arquitectura Nacional, incipiente pero genuina, más allá de las ilustraciones y fanatismo para versados de la arquitectura.
Pero a alguien debe importarle la nada subrepticia dimensión de letra gruesa en la pasta.
A mí me importa.

Anexo: Similitudes de la obra de Terán y su otrora maestro Minoru Yamasaki